Hablar hoy en día de música electrónica equivale casi a hablar de música. Pocos son los trabajos, no sólo en las corrientes Pop sino dentro de toda la música compuesta actualmente, en las que no aparezca ningún sonido generado electrónicamente.
Todavía existen personas que afirman que la electrónica resta creatividad a la música. Pero el hecho es que antaño un compositor debía esperar para escuchar su propia sinfonía a que una orquesta se decidiese a tocarla, mientras que hoy, gracias a los sintetizadores, secuenciadores y ordenadores, puede escucharla antes de hacerla pública. La creatividad musical del compositor ha dado un salto impresionante. Hoy, el autor puede componer sin la tediosa mediación de partituras, conocimientos de solfeo y demás. Puede interpretar todos los instrumentos que aparecen en su trabajo, y diseñarlos a su antojo, con lo cual no se limita a crear notas, sino también sonidos. Incluso puede generar e interpretar en el teclado voces, coros, lluvias, ventiscas, cantos de aves, y cuantos sonidos captamos en nuestro universo, gracias a los muestreadores. Su dominio es total. Tiene en sus manos poder expresar todo lo que surge de su creatividad.
LAS DIVERSAS CORRIENTES